La Lanzadera de Empleo es una experiencia por la que mucha gente debería pasar. No solamente conoces a gente extraordinaria, también puedes encontrarte a ti mismo, o por lo menos eso me pasó a mí. Descubrí cosas muy buenas sobre mí que no conocía, ayudé a los demás en aquello en lo que era bueno y aprendí algo valioso de todos ellos.
Ver a distintas personas, con distintos perfiles profesionales, con distintas historias y con distintas habilidades que colaboran es una sensación muy agradable y esperanzadora. Te ayuda a esforzarte en lograr lo que te propones, ya no solo por ti, sino por más gente que te ha ayudado a llegar hasta donde estás.
En la Lanzadera te enseñan a hacer algo más que mejorar tu empleabilidad, tus competencias digitales o los pasos a seguir para ir con confianza a una entrevista de trabajo. Haces muchos contactos y te das cuenta de que la colaboración en la búsqueda de empleo es posible y que lo que sabes puede ayudar (¡y a veces mucho!) a alguien a mejorar, o, incluso, a renovarse como persona y profesional.
Me ha encantado haber vivido esta experiencia junto a toda la maravillosa gente que he conocido en el programa. En mi opinión, todos deberíamos ser lanzaderos y lanzaderas en algún momento, porque, como bien dice nuestro lema, “nos distinguen nuestras habilidades, nos unen nuestros objetivos”.
