Con 7 años me llevaron a visitar mi primera obra, la casa que mis padres habían comenzado a construirse. Ese día decidí cual sería mi futuro, la construcción, y hacia él he encaminado mi vida.
Durante el tiempo en que realicé la carrera de arquitectura técnica, y fomentado por los nuevos planes de estudios, desarrollé capacidades como la tenacidad, el trabajo en equipo y la toma de decisiones. Además, dado que me trasladé de ciudad para cursar los estudios, aprendí a gestionar tanto los recursos económicos como la organización de los tiempos y mejoré habilidades como el respeto y la convivencia, lo que me aportó nuevos y beneficiosos puntos de vista.
Una vez finalizados los estudios me aventuré en busca de nuevos retos y así fue como me trasladé a Irlanda, donde mejoré mi nivel de inglés y, al estar al cuidado de cuatro niños, promoví mi capacidad de adaptación, negociación, polivalencia y búsqueda de las soluciones más óptimas en un periodo corto de tiempo.
Al volver investigué sobre nuevas tendencias y métodos de trabajo relacionados con la construcción y así fue como me decidí por el mundo BIM (acrónimo de Building Information Modeling). Este nuevo sistema permite simular la construcción y entender su comportamiento en un entorno virtual antes de que se inicie su construcción real, con lo que aporta un valor añadido a la cronología del proyecto, una mejora en el ámbito del trabajo en equipo, y un anticipo sobre los posibles contratiempos que se generan durante el transcurso de la obra.
Mi curiosidad, la constancia y la importancia que le doy a mantenerme actualizada me han llevado a formarme tanto de manera autodidacta como mediante cursos complementarios, teniendo como finalidad la futura aplicación de estos conocimientos en el mundo laboral.
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