MillennialsDay o cómo reivindicar la “Generación Lanzadera”

 

Una declaración de intenciones, un día en el que condensar la esencia de nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, nuestra actitud, nuestros objetivos, nuestra filosofía...  Todo cuanto hemos hecho durante estos últimos cinco meses como miembros de las tres lanzaderas de Madrid estaba allí, en el escenario del Centro Cultural de Usera el pasado 4 de mayo.  No queríamos un mero evento a modo de cierre, sino una reivindicación como profesionales y personas dispuestas a anteponer sus valores y talante proactivo a la estéril “titulitis”. Todos los que hemos formado parte de este proyecto somos portadores del gen Millennial, una generación a la que no pretendemos que se nos incluya únicamente por el rango de edad o por atribuciones de boquilla, sino por nuestra actitud.

Porque ser millennials se trata de eso. De convertir la queja en acción y la pasividad en emprendimiento,  de trabajar en equipo o de desempeñar nuestra profesión con pasión. Desde el pasado mes de noviembre hemos luchado intensamente buscando nuestro sueño laboral, ya sea por cuenta propia o ajena, y lo hemos hecho tal y como rigen los cánones de esta generación, haciéndonos aún mejores profesionales en estas escuelas de Millennials llamadas lanzaderas.

TRANSCURSO DEL EVENTO

El evento contó con la ya incombustible presencia del artífice de Lanzaderas y Fundación Santa María La Real, el dibujante José María Peridis y, que, acompañado de María Eugenia Ahijado como representante de la Fundación Barcleys,  puso las primeras notas de humor a un acto dirigido por los participantes Carlos Onsina (Lanzadera de Retiro), David Pardo (Lanzadera de Vallecas) y Pablo Godoy (Lanzadera de Usera).

Tras una amena charla entre ambos representantes compartiendo impresiones sobre el trabajo de ambas instituciones, llegó el momento de arrojar luz sobre el objeto del evento, los millennials como fuerza de trabajo, y el papel de las Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento Solidario para fortalecer sus características. ¿Qué son, cómo se comportan, qué buscan, qué aportan a una empresa, cómo se desenvuelven y mejoran en la lanzadera? Fueron cuestiones que nuestros compañeros Ángel González y Silvia López desentrañaron con dos detalladas exposiciones que enlazaron esta generación con el proyecto.

Millennials es sinónimo de emprendedores. Y entre nosotros hay un buen número de ellos. A lo largo del evento tuvieron la oportunidad de darse a conocer y mostrar cómo se venden ante posibles inversores. Carmen Pita, Pablo Godoy, Sonia Delgado y Clara Montseny hicieron su Elevator Pitch en menos de un minuto, demostrando su capacidad de síntesis y su claridad de ideas para concentrar sus aptitudes y carisma.

Mientras unos emprenden, otros encuentran trabajo como componentes de Lanzaderas. Entre ellos, nuestra compañera de la Lanzadera de Vallecas Leticia Mejorada, que desde hace pocos meses trabaja en la empresa Siete Estrellas. Tanto ella como su jefe, Patxi Fernández, fueron los encargados de dar la visión de cómo alguien que se diferencia en el mercado laboral llega a conseguir lo que buscaba. Tanto ella como el reclutador expusieron un discurso elocuente e inspirador que pusieron la nota motivadora del evento. De Patxi, además, agradecemos su sinceridad y su aportación realista sobre el emprendimiento, muy necesario en la actualidad.

A continuación, dimos paso a la parte interactiva del evento. ¿Qué sabe el público realmente de los millennials? De eso se trataba. Con un divertido juego al estilo 50x15, probamos los conocimientos de todos los presentes con cinco preguntas relacionadas con el tema, que sirvieron para abrir un productivo debate de butaca en butaca.

Llegados a este punto, el monologuista Fernando Moraño puso la nota de humor al evento con una desternillante actuación que aderezó la mañana con su acidez. No tuvo ningún desperdicio.

Tras breve intervención de la Coordinadora de la Junta Municipal de Usera, Amparo Macedo, el evento tuvo su colofón en el hall del centro, donde realizamos un networking entre los participantes y los representantes de las empresas allí presentes.

Del encuentro queda algo más que una ceremonia preparada con esmero durante las últimas cinco semanas. En la retina de cada uno quedan cinco meses de arduo trabajo y constante aprendizaje entre todos que, a día de hoy, nos hace ser profesionales mucho más preparados que cuando accedimos. Nos llevamos eso, profesionalidad, actitud y una inolvidable experiencia compartida, no ya con compañeros, sino en muchos casos, con amigos.