“¡Por fín nos ponemos cara!”. Así nos han recibido nuestros compañeros de las lanzaderas de Burgos y Miranda de Ebro. Y es que a veces no hace falta estar cerca de alguien para crear lazos.

Todo comenzó con un buen madrugón para llegar a tiempo a la capital burgalesa, sin prisa y sin pausa, porque lo principal era llegar sin agobios y enteros. Una vez en la base de operaciones de los lanzaderos, en el Teatro Principal, pudimos conocernos un poco mejor. Comenzamos con una dinámica que permitió ponernos etiquetas profesionales, ya que a veces nuestro físico condiciona el puesto de trabajo que el resto de la gente cree que desempeñamos.

En una charla general, los tres equipos nos convertimos en uno para valorar nuestra experiencia en la lanzadera durante los cuatro meses que ya llevamos de trabajo. Con un balance muy positivo, pudimos explicar como habíamos enfrentado los retos que nos habíamos encontrado a lo largo del camino.

Nuestras compañeras Samira y Olga fueron las encargadas de presentar la “Gymkana de la empleabilidad”, una actividad única entre las lanzaderas nacionales, que aún sigue generando curiosidad entre los que descubren su realización.

Terminamos la mañana con un pequeño picoteo que nos sirvió como ejercicio de networking.

Gracias compañeros.