Siempre que miraba a una flor me decía… me gustaría trabajar en algo relacionado con la naturaleza, ¡soñaba!
Un día, la magia del destino lo concedió y no solo eso, sacó de mí la administrativa que llevo dentro.
Con mi profesión creció el interés por las relaciones personales y comerciales, la comunicación (en todos sus aspectos) y el saber trabajar en equipo.
Descubrí la capacidad de iniciativa y de dar solución a las distintas situaciones que se formaban.
Trabajé y tengo como amigos a la responsabilidad, curiosidad, empatía, respeto, educación, confiabilidad, orden….
¡Cómo me gusta dar un lugar para cada cosa y tener cada cosa en su lugar!
La informática, programas y todos los aparatos que tienen o no enchufe son un desafío conseguido.
Pero lo más importante de todo es el aprendizaje, sí, el continuo aprendizaje, él hace que crezca como persona y me facilita todas las herramientas para que profesionalmente, pueda hacer de cada día una ilusión con la que volver a soñar.