Nos visita Cristina Vega

 

Pocas cosas tenemos más efectivas que nuestra voz. Y ya no sólo nuestra voz, que sin una comunicación efectiva y una proyección adecuada, enmudece. De nada sirve.

Cristina Vega nos acompañó en esta jornada tan instructiva con el propósito de ser conscientes de la importancia de nuestra voz. Coach y logopeda, con una trayectoria de 20 años a sus espaldas, nos dejó una tarde animada y educativa con muchos recursos y puntos a tener en cuenta en nuestro camino hacia la ocupación laboral.

A través de dinámicas y juegos tan sencillos como el popular ‘’teléfono roto’’, profesionalmente llamado ‘’arco de distorsión’’, para ejemplificar cómo influye en el mensaje que recibimos lo que entendemos, lo que retenemos y lo que finalmente comunicamos, pero ¿nuestro receptor lo entenderá igual? De ahí concluimos que la escucha activa es primordial. Debemos ser conscientes de las barreras comunicativas, detectarlas y suprimirlas lo máximo posible.

Pero la voz no va sola. Nuestro cuerpo la acompaña. Gran parte del mensaje que queremos comunicar va ligado a los gestos y ya no sólo al tono, intensidad y timbre de nuestra voz. Aplicando todo esto a nuestra causa, en un simple elevator pitch: captando la atención, controlando los gestos, la voz,... para generar atención e interés en nosotros y lo que queremos transmitir.

La sesión estuvo amenizada con ejercicios en los que fuimos descubriendo, analizando y empezando a tener en cuenta todo el potencial que llevamos dentro con algo tan simple como la voz, los gestos, una sonrisa acompañando, la postura... todo ello puede marcar la diferencia entre que se fijen en nosotros y nos quieran conocer o por el contrario que nuestro público se revuelva en sus sillas aburrido perdiendo el interés completamente.

Mirémonos al espejo, seamos conscientes de que podemos hacerlo, sonríe y sal a brillar con la mejor de las actitudes.

“No te empeñes en ser conocido, sino en alguien que merezca la pena conocer”.

 

Por Covadonga Segado Martínez de Yuso