La importancia de la formación para mejorar la empleabilidad

 

Hablar del panorama nacional en materia de desempleo nos lleva a escenas y  cifras escalofriantes. No menos escalofriante también es hablar de aspectos relativos a puestos de trabajo y condiciones laborales en la oferta de empleo actual de empresas e instituciones.

 

Según datos oficiales de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), “el 25% de los jóvenes españoles ni estudia ni trabaja”, y además hay una relación “inversamente proporcional entre personas en búsqueda de empleo y parados de larga duración, con la oferta de empleo actual”.

 

Además, el mercado laboral sigue su curso y las empresas, en un escenario altamente competitivo, buscan nuevos servicios y productos que a su vez requiere de un capital humano en constante reciclaje, que sepa afrontar los retos tanto a nivel de competencias técnicas como de habilidades sociales

 

Si bien es cierto todo lo anterior, tenemos margen de maniobra: la formación. Tanto si dispones de un empleo como si estás en búsqueda activa, fórmate. ¿Qué no lo tienes claro? Te doy razones de peso:

 

Aporta valor a tu perfil profesional. La proactividad, empatía, compromiso, autocrítica, tolerancia, la competitividad y el valor añadido son habilidades que las empresas actuales valoran mucho y que se ponen de manifiesto en un profesional que se forma continuamente.

 

Aumenta nuestra satisfacción en el trabajo. Gracias a la formación, seremos capaces de llevar a cabo con éxito las metas que nos propongamos y de afrontar nuevos desafíos, lo que tiene un impacto positivo en nuestra motivación laboral y nuestra satisfacción personal y autoafirmación.

 

- Mejora las condiciones de trabajo. La ampliación de las capacidades técnicas y habilidades sociales a través de acciones formativas nos posicionan en una situación de partida privilegiada para acceder al mercado de trabajo, para promocionar dentro de la empresa o para conseguir un empleo más satisfactorio en otra.

 

- Incrementa la competencia profesional y la productividad. Estar altamente capacitados nos permite, a su vez, afrontar la toma de decisiones y resolución de conflictos de forma más eficaz, lo que redunda en nuestra reputación dentro y fuera de la empresa, al tiempo que proporciona a la compañía mejores índices de productividad por parte de la plantilla.

 

- Potencia la confianza y la autoestima. La formación nos aporta conocimientos, pero también habilidades sociales capacitándonos para interactuar con nuestro entorno con una actitud más positiva.

 

Búsqueda activa de formación

 

Vistas estas las ventajas de la formación en el desarrollo personal y profesional de los profesionales, ¿cómo podemos beneficiarnos de ellas? Antonio Jiménez Castillo, consultor del Grupo CDM , empresa con más de 30 años de experiencia en el sector, visitó la Lanzadera y no sólo nos habló de la ventaja de formarse, sino también de los tipos de formación que podemos encontrar actualmente:

 

  1. Formación subvencionada (estatal, autonómica). Planes para trabajadores desempleados, para trabajadores en activo, planes de compromiso de contratación, programas de formación en alternancia laboral para desempleados de larga duración, planes de garantía juvenil –autonómicos-, cheques de formación o formación en centros propios.

  1. Formación privada. Puede ser objeto de bonificación y los cursos los podemos localizar en cualquier buscador e informarnos (SEPE, reseñas google, etc.).

 

  1. Formación programada de las empresas. Compromiso de contratación de las empresas tras la formación, contratación formación aprendizaje, cheque formación, formación programada por la empresa (Fundación Estatal para la Formación para el Empleo).

También nos dió las claves para buscar correctamente los cursos ofertados a lo largo de este año en la Comunidad de Madrid, así como las academias autorizadas a impartirlos: http://www.madrid.org/cs/Satellite?pagename=Empleo/Page/EMPL_pintarContenidoFinal&cid=1161935391605 .