Cuando decidí estudiar Administración y Finanzas, sinceramente no lo hice por vocación, sino más bien porque quería mejorar mi situación profesional y especializarme en algo. Esto puede sonar mal al principio, lo sé, pero yo lo veo como algo positivo, porque para mí fue un reto desde el principio y tuve un objetivo: quería ser una buena Técnico Administrativo, la mejor. Y gracias a mi constancia, motivación y dedicación lo pude conseguir. Aquel «bueno, voy a tirar por aquí» se convirtió en «yo quiero seguir por aquí», porque quiero seguir creciendo profesionalmente en el área de la Administración y seguir aprendiendo. Definitivamente es lo mío.

Esas tres competencias, constancia, motivación y dedicación, las he seguido aplicando durante mi experiencia profesional, a las que he ido sumando organización y planificación de tareas, responsabilidad, empatía y trabajo en equipo. He actuado siempre con respeto y amabilidad, obteniendo los resultados que deseaba y me proponía, ya sea encargándome de la contabilidad, la facturación, la gestión bancaria e incluso tramitando cursos de formación.

¿Mi objetivo profesional? Desarrollarme profesionalmente en una empresa que pueda beneficiarse de todo mi talento y a la vez me permita seguir mejorando mis competencias técnicas y transversales. ¿Me ayudas a conseguirlo?