Extraordinaria.

La RAE lo define como aquello que está “fuera de lo común” o que “es mejor o mayor que lo ordinario”.  

Quizás pueda ser un poco pretencioso comenzar una  presentación de esta forma. No obstante, el uso de este adjetivo se me antojaba necesario y adecuado para dar a conocer no solo como soy actualmente, sino también lo que he sido y lo que puedo llegar a ser. Todo tiene su explicación. 

Sufro una parálisis facial en la mitad de mi rostro que, aunque ha sido catalogada clínicamente como “discapacidad”, para mi fue la mecha que encendió el motor de mi motivación.  Desde una temprana edad pude darme cuenta de que era diferente al resto de mis compañeros, pero también que era capaz de conseguir todo aquello que me propusiera. 

Fruto de mi constancia y mis ganas de aprender pude finalizar con éxito un Curso de Empleado de Información al Cliente y de Auxiliar de Oficina que me han permitido desarrollarme ampliamente como profesional orientado al cliente interno y externo.  Así, empresas como ZARA o la ONCE me dieron la oportunidad de poner en práctica mis aptitudes y conocimientos en esta área. 

Pronto descubrí que trabajar en equipo, la rápida resolución de problemas y mi don de gente eran mis armas más valiosas. Aquellas que han confirmado que cambiar “discapacidad” por “capacidad” era posible. 

Me autodefino como una persona luchadora, motivada para seguir creciendo tanto personal como profesionalmente y, sobre todo, con ganas de aportar mis valores en el plano laboral. 

Mis competencias están detalladas en el CV, pero ahí no se plasma mi vehemente deseo de permanecer en mi ámbito laboral, mi entusiasmo por aprender cosas nuevas y afrontar nuevos retos.

No me gustaría desvelar más secretos por lo que invito a conocerme, más en profundidad, entrando en mi perfil personal en LinkedIn. 

¿Sabes qué? 

Estoy segura de que podremos hacer grandes cosas junt@s y que volveremos a darle sentido a todas estas palabras.