Cuando era una niña había rasgos en mi personalidad que ya perfilaban cómo sería posteriormente. Responsable, organizada, exigente…así fui en lo personal y en los estudios.
Después empecé a desarrollar mi carrera profesional en departamentos de administración, donde apliqué mis conocimientos y, sobretodo, las cualidades que me han definido siempre. La seriedad, la organización y la disciplina encajaban con el trabajo metódico que se requiere en una oficina, además de la capacidad de resolución de problemas.
Y ahora toca el presente, y lo afronto con ganas de seguir creciendo como persona y como profesional en el campo de la administración, en una empresa donde pueda desarrollar las competencias y habilidades que poseo y las que están aún por llegar.