Dejar el mundo en mejores condiciones que lo encontré fue mi premisa desde la adolescencia.Al descubrir que había una profesión para ayudar a las personas no dudé en estudiarla.El voluntariado me abrió puertas y conseguí así realizarme profesionalmente como trabajadora social durante más de cinco años.Mi carácter conciliador fue la motivación para prepararme para la resolución de conflictos,mediación social intercultural. Descubrí, a través de la sensibilización sobre multiculturalidad, que la educación era la herramienta más potente para producir cambio social. Así fue como accedí al mundo de la docencia, los últimos doce años formé profesionalmente a personas que ayudan a otras personas.

Ahora vivo en Euskadi desde hace seis meses.Mi reto es seguir luchando desde el espacio laboral adecuado.Ilusionada ya en el camino de la búsqueda de empleo.Disfrutando del proceso y dispuesta desde ya.