¡Qué maravillosa sorpresa! ¡Los Reyes Magos se habían adelantado y nos habían dejado a Antonio Zabálburu! ¡Sí,sí… Nuestro actor favorito de la serie Hospital Central!

Antonio fue muy generoso y compartió con nosotras su propio proceso de transformación.

Empezó (como todo buen coach) pidiendo que le hiciésemos preguntas y, esas preguntas, dieron lugar a otras que nos lanzaba (cual pitcher profesional). Recogía la bola, perdón la información, para volver a lanzarla. En definitiva, nos animó a encontrar nuestro propio juego, nuestra propia transformación. A iniciar esos pequeños y cotidianos  cambios que te sitúan en un espacio de crecimiento hacia dentro y hacia fuera. Nos animó a encontrar nuestros motivadores personales que nos van a generar recompensas notables para realizar acciones que den resultados y encontrar la relación de los motivadores con sus detonadores internos.

Hablamos del “fracaso” como principio y OPORTUNIDAD y, no, como final. También trabajamos la dimensión del LENGUAJE (qué importantes son las palabras que nos decimos y que decimos a los demás). El lenguaje es generativo, genera realidades y tiene un gran poder transformacional. El lenguaje es ACCIÓN. Cuando hablamos actuamos, y con esas acciones nos transformamos, transformamos a las personas que nos rodean, creamos posibilidades…

P.D.: Debimos ser muy buenas porque ha sido la mejor manera de comenzar el año.