Cuestión de competencia 1º Parte

Vamos a encontrar nuestro lugar en el mercado laboral por cuenta ajena.

Hacemos un currículo como ya se ha explicado en este blog, realizamos una búsqueda de empresas objetivo y conseguimos entregar nuestra llave al siguiente paso.

Por ahora un proceso bastante normal, expectantes ante la llamada, correo u otra forma de comunicación.

¡Enhorabuena! Nos han concertado una cita para entrevistarnos. Entre tantas alegrías, comienzan los nervios, el estrés, los pensamientos negativos, la esperanza, incluso mariposas en el estómago como enamorado  que ha encontrado al amor de su vida.

Normalmente el día de tu interrogatorio te levantas, ese día lleno de alegría, con esperanza renovada. ¡Hoy va a ser tu día, bien! Cuidamos cada detalle, desayuno, vestimenta, currículo (ya lo tienen, pero por si se les ha perdido). Repasamos nuestra meritocracia,  volvemos a mirar datos de la empresa, comprobamos hora y lugar de citación.

¡Cuidado! Hay que ser puntuales, eso no implica dos horas antes. Ni dos minutos después, el margen suficiente para tranquilizar y repasar por enésima vez todo nuestro currículo.

Nos nombran, hacemos un saludo exquisito, unas formas más propias de protocolo real. Normalmente nos invitan a sentarnos, y empieza la medición de las palabras.

¿Quién eres? Te recuerdo que tu currículo está sobre la mesa y el entrevistador ya lo conoce bien. ¿Qué eres capaz de hacer? ¿Cómo solucionas esto? ¿Y si…? Es una pena un examen tan estudiado tan preciso y ese día las preguntas no concuerdan con lo que habías estudiado antes.

 

Esa es la pregunta ¿Quién eres? Quizás deberías mirar en tu interior, ¿Qué eres capaz de hacer que parezca tan fácil, que cualquiera pueda hacer?