Formación TIC, Integración y Empleo

Fundación Santa María la Real ha participado esta semana en Bruselas en “eSkills for Diversity”, un congreso internacional que ha congregado a 50 especialistas de 38 organizaciones y 14 países para analizar proyectos de formación TIC para la integración sociolaboral , y estudiar su sostenibilidad y escalabilidad. 

 

La demanda global de especialistas en Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) será de 1,67 millones de trabajadores para 2015.  Sn embargo, los actuales sistemas de educación no son capaces de responder a esta demanda, por lo que se genera una brecha.

 

Ante esta situación, la entidad Empírica (con el apoyo de JPMorgan)  ha puesto en marcha el programa “eSkills for Diversity” y este cuarto congreso, para dar a conocer diferentes iniciativas que se están llevando a cabo en la formación inclusiva y no reglada en TIC y competencias digitales para favorecer la integración sociolaboral de personas desempleadas, especialmente aquellos colectivos más vulnerables o en riesgo de exclusión.

 

 

Miriam Darias Pérez, compañera del Área de Empleo de la Fundación Santa María la Real, ha participado en el encuentro y ha expuesto las iniciativas que la entidad lleva a cabo en esta materia, como las Lanzaderas de Empleo y el programa MILMA en Fuenlabrada, con el desarrollo de BCLabs sobre IOT (Internet de las Cosas)  y Lenguaje de Programación Web Front End  que servirán para la inserción socio laboral de diferentes colectivos.  

 

Los especialistas coinciden en que ante la envergadura de tal problema, es necesario que las empresas en general, y el sector tecnológico en particular, se involucren activamente en todas las fases (diseño, planificación, desarrollo y evaluación final) de estos programas de formación digital para que puedan ser un éxito. Ante el vertiginoso ritmo de avance digital, se necesita que lo digital se integre en los sistemas educativos de forma más eficiente y temprana. Y ante el impacto global y mundial que adquiere esta situación, el apoyo político, técnico y financiero es vital para que estos programas sean sostenibles.