Semana de despedidas y de éxitos en la Lanzadera: tres compañeras logran su objetivo

Ya se veía venir desde la vuelta de las vacaciones de Semana Santa que el trabajo bien hecho iba a empezar a dar sus frutos de forma inminente. Ese trasiego de entrevistas, llamadas… Cada mañana, casi antes que los buenos días, abrimos sesión compartiendo novedades, y no han sido pocas. Ese momento que parecía que no iba a llegar nunca, esa entrevista de la que uno sale satisfecho, viendo que el intenso entrenamiento que hemos hecho en la Lanzadera ha dado resultado… y esas capacidades que nada menos que tres compañeras van a poder desplegar en sus respectivos nuevos trabajos.

De Yolanda González se pueden decir muchas cosas buenas, por supuesto, pero hay algo que ha sido muy evidente en su paso por la Lanzadera, y es que tiene el valor necesario –aunque a ella misma le cueste reconocerlo- para asumir nuevos retos. Lo ha hecho reinventándose tras una larga trayectoria profesional con niños de edad infantil en guarderías, y también en la Lanzadera venciendo su pudor a hablar en público: todos recordaremos la emotiva carta que nos leyó el día que anunció que nos dejaba para trabajar… Momento emotivo que queda para nosotros. Ahora, va a ser una excelente profesional en el servicio de atención al cliente de una empresa de mensajería y paquetería, en el que podrá dar lo mejor de su entrega al trabajo y de su habilidad para prestar una atención eficiente y cordial.



Cuando hablamos de emotividad, es inevitable pensar también en María Jesús Marcos, nuestra Chus. Ella es todo corazón, y lo demuestra con la máxima implicación en todo lo que hace día a día. Es la sonrisa siempre dispuesta, el compañerismo en persona. En lo laboral, su mentalidad abierta a asumir nuevos retos le lleva a poder desempeñar puestos de trabajo nuevos, como el que ahora empieza en tareas de cadena de producción en una conocida empresa salmantina. Ella había puesto muchas ilusiones en entrar en esta empresa, colaboradora habitual de la Lanzadera, por lo que su logro representa un doble triunfo que todos celebramos como algo propio.



Aquí no acaba todo. Y es que cuando nos ponemos a celebrar, lo hacemos a lo grande. También nuestra compañera Isabel Muñoz ha conseguido un empleo que cumple sus expectativas. De su camino con nosotros en la Lanzadera hay que destacar que, cuando ella dice que su lema es “tratar a los clientes como me gustaría que me trataran a mí”, sabemos que eso se va a cumplir en el trabajo, porque con nosotros ha sido así… porque ella es así. Buena compañera donde las haya, siempre dispuesta y con capacidad demostrada para aprender y hacer cosas nuevas. De eso se van a beneficiar a partir de ahora sus nuevos compañeros y los clientes del centro comercial, donde desplegará su sonrisa y su saber hacer como dependienta en la sección de carnicería. En este caso, el contacto con la empresa también ha sido fruto de las gestiones realizadas desde la Lanzadera.

Lo dejamos de momento con unos puntos suspensivos, porque en este camino que empezó con 20 sueños lanzados al éxito, con toda seguridad, pronto volverá a haber buenas noticias.