LAS 10 CLAVES DEL TALENTO PROFESIONAL

¿Qué es el talento? ¿Sabrías contestar sin titubear esta pregunta aparentemente tan sencilla? Probablemente nunca te hayas parado a pensarlo, pero apostamos a que tu respuesta será la misma que la nuestra, aproximada pero no acertada.

 

 

Hemos tenido el privilegio de recibir a un ponente del nivel de Modesto Luis Gómez Rodríguez (www.modestoluis.com), economista de formación y formador de vocación. Su vida laboral ha pasado por múltiples etapas y en la actualidad se articula entre Enxeño Galicia (www.enxenogalicia.com), empresa especializada en el desarrollo de comunicación creativa y marketing estratégico, de la que es director y el desarrollo de proyectos formativos y capacitativos.

 

 

 

Para comenzar la formación Modesto nos brindó las claves para dar una formación eficaz y tener una comunicación efectiva con el público. Lo principal, como formador, es saber que quieres obtener. A la hora de comunicar, es importante utilizar un lenguaje sencillo y coloquial, no cayendo en tecnicismos, para que el público logre asimilar las ideas clave (que repetiremos a menudo durante el discurso). También es necesario ser muy sintético y realizar una buena apertura para lograr captar la atención del auditorio desde el primer momento.

 

La definición oficial de Talento es la especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad. Pero gracias a Modesto hemos aprendido que realmente, el Talento es la capacidad de hacer brillar lo que hay dentro de nosotros. Nuestras habilidades son la clave de nuestro talento, son lo que nos diferencia de una máquina o un robot.

 

El talento no es un don misterioso que responde a las leyes del azar o la genética, sino que se puede desarrollar y entrenar. Modesto ha compartido con nosotros un decálogo para descubrir, fomentar e implementar nuestro talento profesional. Estas son esas 10 claves fundamentales, que se entrelazan y se alimentan unas a otras:

 

Si buscas, piensa.

Si piensas, insiste.

Si insistes, confía.

Si confías, cree.

Si crees, duda.

Si dudas, pregunta.

Si preguntas, responde.

Si tienes la respuesta, hazlo.

Si lo haces, hazlo bien.

Si lo haces bien, mejóralo.

 

Debemos estar siempre en proceso de búsqueda, y sobre todo saber que queremos encontrar. En este momento es cuando entra en juego nuestra creatividad, que es la unión de nuestra capacidad analítica, la lógica (tanto la positiva como la negativa), la percepción de la realidad y las ideas.

 

A veces no es suficiente con tener talento, sino que las oportunidades llegan a base de mucho insistir. “La suerte es el lugar donde la preparación se encuentra con la oportunidad”. Si tu no confías en ti, ¿quién crees que lo va a hacer? Cree en ti mismo, no te desmotives porque tus proyectos no salgan a la primera, ten una percepción comercial de ti mismo como tu mejor “producto”.

 

Deshazte de la idea equivocada de que preguntar es mostrar debilidad. cuando preguntas le demuestras a tu interlocutor que le has prestado atención y que eres honesto y humilde, cualidades que más allá de nuestras preconcepciones, solo demuestran fortalezas.

 

En el entorno laboral de hoy en día (ya sabes, incierto, cambiante, volátil y ambiguo, o nuestro viejo conocido entorno VUCA), existe una gran competencia, tanto entre empresas como entre candidatos. Hemos descubierto un nuevo e interesantísimo concepto: la Coopetición, o la capacidad de colaborar con tus “contrincantes” en algún momento del proceso a seguir para lograr objetivos comunes. También es muy importante compartir información y conocimientos.

 

Si has invertido esfuerzo y tiempo en realizar todos los puntos anteriores, y crees que tienes la respuesta… es hora de pasar a la acción. ¡Hazlo!, ponlo en práctica. Intenta anticiparte a los hechos y actúa, pero intenta hacerlo bien. para ello, procura tener una gestión eficiente y eficaz del tiempo, no caigas en el error de postergarlo todo para “mañana”.

 

Y por último, ten en cuenta que la capacidad de actualización hoy en día es totalmente imprescindible. La sucesión generacional y los cambios tecnológicos son cada vez más rápidos, y en períodos de 2 o 3 años podemos vivir realidades totalmente distintas.