Jesús Rivas nos anticipa las claves del emprendimiento

Como hemos ido comprobando a lo largo del tiempo de trabajo que llevamos en la Lanzadera, el mercado laboral actual requiere un nivel de competencias creciente, respecto a lo que era habitual hace unos años. Una de ellas, muy útil en distintos ámbitos, es la capacidad de emprendimiento

Para ayudarnos en el desarrollo de esta faceta, hoy hemos contado con la aportación experta de Jesús Rivas, profesor, consultor y coach especializado en marketing, ventas, comportamiento del consumidor, emprendimiento y empresas. Una primera presentación de su trayectoria profesional nos ayudó a tener la certeza de que habla con conocimiento de causa, desde la experiencia, tanto teórica como práctica. 

En primer lugar, quiso romper esa idea preconcebida que podemos tener respecto al emprendimiento, por la que tendemos a pensar que solo se puede llevar a cabo por cuenta propia, y es que existe, y cada vez se valora más, el denominado intraemprendimiento. Podemos trabajar por cuenta ajena y aportar ideas a desarrollar en el seno de una empresa, lo cual requiere unos niveles de implicación y de iniciativa notables.

Es muy importante para esto tener en cuenta que hay que perder el miedo al fracaso, porque una mente despierta sabe que de los fracasos se aprende, y de ello hay multitud de ejemplos de renombre conocidos por todos: desde Edison a Steve Jobs, pasando por el mismísimo Walt Disney. Ahora bien, no es menos importante saber trazar un plan para que una idea cristalice en una empresa viable, y hoy en día esto no se puede hacer sin tener en cuenta el entorno tecnológico en el que nos movemos. El alcance y difusión son primordiales, y en esa labor de comunicación hay que ser conscientes del potencial de las redes sociales. Buen ejemplo de este proceso creativo son las startup.

En la visualización de ese plan, Jesús nos hizo un recorrido por lo que es un modelo de negocio bien trazado, ya que es la herramienta con la que una empresa crea valor. En su diseño, partiendo de la innovación, hay que conocer muy bien el mercado al que nos vamos a dirigir, los clientes, a los que hay que escuchar porque son ellos los que nos darán las pistas de por dónde encaminar el producto o servicio que vamos a crear. Una vez creado, a modo de “versión Beta”, tendremos lo que él denomina un “producto mínimo viable”, y tras un proceso de detección de errores, lograr una mejora que nos permita llegar al objetivo: algo difícil de imitar, demandado por los clientes, y sostenible en el tiempo. 

Nada más, y nada menos. Es un recorrido difícil pero emocionante, que gracias a Jesús tenemos más claro. Que nos animemos o no depende de cada uno de nosotros, pero como nos quiso hacer ver al principio de su intervención, si lo pensamos bien, todos somos expertos en algo, y ese puede ser el germen del emprendimiento.

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