Industria 4.0 en las pymes agroalimentarias

 

Leticia Huergo Zapico y David Diánez Collado

Reveladora jornada sobre la Industria 4.0 en el Centro Tecnológico Asincar el pasado Jueves 22-02-2018 donde tuvimos la oportunidad de escuchar las diferentes posibilidades de futuro en nuestra región a través de la cooperación de IDEPA (Javier Fernández), CTIC (Pablo Priesca) y potentes empresas del sector agroalimentario como Asincar. Su finalidad es la implantación de diferentes tecnologías, generando así conocimiento e I+D+i con la intención de marcar un papel relevante en la vanguardia del sector a través de la digitalización de la Industria 4.0. Ya el año pasado se llegaron a realizar 119 proyectos de este tipo en nuestra pequeña región, debido a estas competitivas e innovadoras sinergias.

A continuación, asistimos a una interesante charla dividida en dos interesantes partes:

La Primera Parte, desarrollada por el Director de Laboratorio de Asincar, Pelayo González, trataba sobre la implementación de las pymes en la Industria 4.0, y para ello, Pelayo nos introdujo en su concepto mediante la visión del cambio que el mundo ha dado alrededor de la globalización y la visión del mercado en torno al servicio. Ejemplos tan ilustrativos como BlablaCar o Air Bnb hablan claramente sobre este cambio. Más mediáticamente, otro ejemplo es cómo la televisión ha tornado hacia su personalización mediante plataformas como Netflix. Estos ejemplos nos hablan sobre la rapidez de transformación, que también puede verse en el sector agroalimentario a través de los primeros supermercados inteligentes de Amazon o el futuro de la producción agroalimentario o cárnica. Así, desde un punto de vista de investigación, en América 200.000 dólares eran usados para crear una cantidad de carne sintética en laboratorio que hoy se consigue por tan sólo diez.

La industria transformadora evoluciona a pasos agigantados. El vapor, la electricidad y la electrónica han quedado atrás, desde el punto de vista histórico, hacia la revolucionaria visión de la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0. Basada en una evolución constante, la industria 4.0 está fundamentada en la Automatización, la Robótica, la Biotecnología o el estudio de los Nanomateriales, englobándose todas ellas sobre un concepto aún mayor: la Digitalización. Pero no solo se fundamenta en dicho concepto, sino que sería más correcto decir que lo difícil sería definirlo sin éste.

Así, Pelayo explicó que la Industria 4.0 converge a través de la aplicación de nueve tecnologías, entre las cuales podemos destacar Big Data, Simulación y Robótica, puntualizando claramente que no hay ninguna organización ni estamento que dedique su actividad a acreditar o medir su existencia, sino que más bien, la realidad es que no se basa ni mucho menos en cumplir los nueve. Se basa en aplicar solo aquéllos que sean capaces de aportar valor para ser más competitivo. Es una visión puramente sinérgica. Como ejemplos, Pelayo expuso la fabricación aditiva, el establecimiento de co-robots (robots funcionando a partir de la interacción humana), la realidad aumentada o la simulación como estrategias para conocer, sin hacer pruebas en el mundo real, a través de una fábrica digital. Otras herramientas potentes de esta industria son la Nube o Internet Industrial, que nos pueden dar clara idea del comportamiento del producto en el mercado. De la misma manera, Big Data se puede convertir en una potente herramienta que permite conocer una lectura común, a través de campos tan diversos de la industria como Marketing y Productividad con el fin último de reducir costes. Todas estas herramientas nos llevan de la industria del Producto a una nueva versión de industria centrada tanto en el Producto como en el Servicio. Por consiguiente, las grandes empresas están posicionándose fuertemente mediante la continua investigación del futuro cercano, dejando a su vez, en situación vulnerable a las pequeñas industrias.

Por ello, la industria siempre ha de estar en continua evolución, invirtiendo en tecnologías que pueden ser arriesgadas. Por lo tanto, es vital definir entre tendencias, realidades o posibilidades, futuribles, con el fin de invertir en aquella que salga adelante tras una cuidada reflexión. Ésta es, sin lugar a dudas, la Digitalización y todas sus ventajas serán aplicables a todas las áreas, con un total fin de mejora de la Productividad y la Competitividad. Desgraciadamente, situaciones como la crisis han sido y son enemigas de esas inversiones iniciales, que serán capaces de abrir un nuevo futuro para todas aquellas empresas que han demostrado su fortaleza y competitividad por aguantar en el mercado. Este futuro ofrece posibilidades de mejora en el mercado a través de esta Digitalización, si sus responsables son capaces de conocer las zonas críticas de mejora de sus fábricas y procesos.

Ante este nuevo reto, toca pensar. Implementar la Industria 4.0 merece de una estrategia tranquila y bien planificada donde se tenga clara la intención y meta de mejora. Un alto gasto en energía o coste de producto son evidencias claras de necesidad, para mejorar la competencia. Así, tener en cuenta los factores que influyen y estudiar los beneficios y su viabilidad (en cuanto a número de trabajadores o aceptación de la tecnología por los mismos) es vital para el oportuno diseño, dando un inmediato valor al cambio. Por suerte, como pudimos comprobar en la charla, Asturias tiene un ambiente institucional proclive a estos cambios.

A continuación, Pelayo expuso brillantemente ejemplos prácticos de estas tecnologías para pasar así su visión del papel a la realidad aplicable, a través de una planta de envasado y su operario. Mediante simulación, demostró un ejemplo práctico en una fábrica digital, que el diseño previo era vital a la hora de comprender los problemas derivados que podían surgir tras variaciones en las plantas o diferentes transformaciones en el diseño inicial. No siempre la aparente duplicación de líneas en plantas de envasado de una planta hacen duplicar la producción, sino que el origen de problemas inesperados podían disminuir drásticamente la productividad y aumentar el coste, dando así un valor importantísimo a la simulación previa. Desde luego, es una visión reveladora para cualquier posible escéptico de la simulación.

La pyme, al igual que están haciendo las grandes empresas, debe sensorizar el proceso tras el estudio detallado de aquellos puntos críticos donde la automatización y la digitalización generen importante valor. No debe ser visto como una amenaza, sino como una evolución que cualquier entidad puede acometer, tras la debida reflexión. Parámetros como llenado de botellas, turbidez, etiquetado, continentes, desperfectos de los envases, formas del producto, entre otros muchos otros, pueden ser sensorizados. Pelayo insistió en que este es el camino correcto inicial para esa digitalización en que se basa el futuro. Sin embargo, el ejemplo que más llamó la atención fue su apuesta por el NIR, tecnología actual que era capaz de proporcionar información mediante resultado analítico en apenas 20 segundos frente a las pruebas microbiológicas de uno ó dos días, como paso a determinar eficientemente el estado de vida útil del producto. Este parámetro es de vital importancia para determinar la distancia hacia los mercados donde el producto puede ser vendido en las condiciones oportunas sin disminuir su calidad.

Para cerrar su intervención, Pelayo realizó un resumen de las bondades de la Simulación donde recalcó que esta tendencia no es una moda pasajera, que es implantable y necesaria para mantener la competitividad de las pymes. Entrar en esta revolución es necesario para pasar adelante a este mundo que está cambiando de lo físico a lo digital, y por tanto, el camino es digitalizar el proceso productivo a través de la simulación capaz de buscar ineficiencias del proceso, mediante sensores que serán capaces de extraer lecturas hasta el más mínimo detalle, dando informaciones que no eran visibles. Es el futuro.

En la Segunda Parte, Mariano González (Red de Centros SAT) nos explicó que todas las actividades industriales pueden ser mejoradas a través de tecnologías muy novedosas que pueden ser introducidas según el nivel o necesidad, pero que siempre ha de ser de manera estudiada ya que podría no terminar siendo útil.

Mariano dijo que no se trataba solo de tecnología, sino que es el uso de la tecnología hacia la orientación de ésta en la integración global de una planta, de manera que funcione como una sola sin la generación de islas que hagan la guerra por su cuenta. Para ello, la implementación necesita de una revisión muy extensa por parte de los especialistas que valoran detalladamente todas las áreas de actividad (Almacén, Promoción, Producción, Venta, etc) y las tecnologías en que éstas se apoyan, así como la actividad y necesidad de sus trabajadores con el fin de crear una estrategia global fluida y circular en función del proceso, diseño de productos / servicios y el modelo de negocio.

De esta manera, hay nueve campos diferentes de estudio ( Estrategia y Organización, Procesos Corporativos, Oficina Técnica, Producción, Aprovisionamineto, Distribución, Promoción, entre otros) a los que se aplican cuatro niveles diferentes de implantación (de nivel incipiente a óptimo) donde se pueden evaluar más de 140 prácticas específicas. A raíz de dichas evoluciones, se obtienen unos resultados muy visuales (por colores) que muestran el nivel de automatización y digitalización en cada parte sometida a estudio. Además, se obtiene un resultado final de comparación del grado estimado respecto a la situación ideal. Tras su consecución, que marca el estadío de implantación, se establece la base de la que se parte para la Mejora Continua, marcando las recomendaciones en el proceso de digitalización que han resultado evidentes tras el acompañamiento y diagnóstico de las tareas por parte de los evaluadores. Cabe destacar que, los niveles son más complicados de automatizar según sea su grado de criticidad de la producción. Ahorro de tiempo, costes, eliminación de gastos para una mayor facturación y eficiencia son las metas de los cambios a efectuar.

Para finalizar la jornada, todos los participantes pudimos ver dichas tecnologías en acción mediante ejemplos que se pudieron recrear en la Planta Piloto del centro. Curiosísimo.

Una muy buena charla en Asincar, una vez más.