Inclusión y emoción en Asprona Bierzo

Emocionante, de principio a fin. Así definimos nuestra visita en Asprona Bierzo. Nos recibieron Toño y Eli, haciéndonos sentir como si estuviéramos en casa. El recorrido comenzó en el taller de encuadernación donde vimos cómo se trabaja en documentación de casi un siglo de antiguedad. Pasamos al taller de carpintería donde nos sorprendió el volumen de trabajo que manejan que, a pesar de la crisis, sigue siendo alto.  En el taller de estampación una usuaria nos explica los procesos de los grabados para tarjetas navideñas.  El monitor de este espacio, Juanma, nos explica un poco más como, por ejemplo, los materiales y la enumeración que debe constar. Aunque los que somos de la zona conocemos ya este tipo de producto, nos siguen seduciendo estas creaciones cada vez que las vemos. Se cuida cada detalle con tanto mimo que al visializarlo desde la persona que los lleva a cabo, emociona. Aquí nos damos cuenta que querer es poder y que los límites existen y se ubican allá donde nosotros les demos permiso. Por último pasamos por la lavandería donde conocemos a Marga, la sala de descanso, el taller de artes creativas con César como monitor, la sala de servicios múltiples y el comedor. Los productos que en estos talleres se elaboran como cajas para bodegas de vino, felicitaciones de navidad, calendarios, mochilas y así como otro tipo de merchandising son encargados, sobre todo, por empresas bercianas. Gracias a sus pedidos todo el engranaje de producción se pone en marcha.

Los saludos, las caras de ilusión y los abrazos nos arropan en cada rincón que visitamos. En cada instancia se palpa la inclusión y el cariño a raudales. Tras una visita así solo nos queda agradecer inmensamente la labor que aquí realizan, el interés en nuestro proyecto y la predisposición para atender todas nuestras dudas.