Fco. Javier Martín: «El que intenta crear su propio futuro siempre va a tener su propia oportunidad»

Ah, ser el pionero de un gran proyecto… ¿Quién no ha soñado con ello alguna vez? Y no; no se fantasear con la idea de fundar una corporación multinacional, ni de descubrir un fármaco revolucionario. Bastan algunas pequeñas acciones altruistas, enriquecedoras tanto en lo profesional como en lo personal, para conocer esa fusión de satisfacción, de audacia y de humanidad que embarga a quienes dan dicho paso. Francisco Javier Martín Martínez (Badajoz; 1966) lo sabe bien. Pacense de nacimiento, aunque asturiano de corazón tras más de cuatro décadas residiendo en Gijón, ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a ejercer de consultor empresarial, especialmente en áreas como la implementación del coaching y la gestión de los recursos humanos. Sin embargo, su reconocida mayor satisfacción ha sido no sólo participar, sino ser uno de los artífices de la implantación de las Lanzaderas de Empleo en el Principado, hace ya cuatro años. De sus experiencias en este programa, uno de los más exitosos de su clase a nivel nacional, diserta en esta entrevista, concedida durante la visita que realizó a la Lanzadera de Avilés el pasado 14 de enero, y en la que también aprovecha para analizar la situación actual del mercado laboral español y para aportar valiosos consejos tanto a los actuales integrantes de las lanzaderas como a quienes nos sustituyan en el futuro. 



Ante todo, una duda amplia y tajante. ¿Cómo llega un experto en consultoría empresarial a ponerse al frente de un programa como este? Estudié Económicas y mis primeros pasos fueron en el mundo de la empresa, hasta el día de hoy. Seguí el trámite habitual de incorporarme a diferentes organizaciones como trabajador. Eso ocurrió durante entre diez y doce años, y en compañías muy diferentes, desde pequeñas empresas hasta grandes corporaciones. A partir de ahí, entre los años 2009 y 2010, aproximadamente, inicié un proyecto personal de consultoría con empresas que va pasando por diferentes fases, hasta que llega a lo que hoy está ocurriendo. Tiene que ver sobre todo, pero no exclusivamente, con el desarrollo de personas y organizaciones. 



Pero seguro que no bastó con eso… No, no. Como paso previo, me formé en temas de recursos humanos y de coaching, que fue lo que me abrió esta puerta. A partir de ahí he hecho diferentes cosas; una de las principales, las Lanzaderas de Empleo. Otras han estado vinculadas al desarrollo de empresas y organizaciones. Hay diferentes compañías con las que colaboro, y trabajo, sobre todo, en el área de recursos humanos, desarrollo de la empresa y organización. Últimamente, incluso, como proyecto de selección de personal.

 



¿Has llegado a conocer la realidad del desempleo? ¡Claro que sí, madre mía! Realmente lo que sé, más o menos, de este mundo tiene dos vertientes: una es la que he conseguido a través de la formación y la experiencia, pero resulta tanto o más importante la experiencia que tuve como buscador de empleo. Durante tres años completos estuve trabajando, pero tenía un interés muy grande en cambiar de organización, porque en el sitio en el que me encontraba no me sentía a gusto. En esos tres años, intensísimos del primero al último, me dediqué a buscar empleo en mi tiempo libre, y ahí adquirí un conocimiento de todo esto, en mi humilde opinión, muy profundo. Quizá más profundo, si cabe, del que he obtenido después estudiando o poniendo en práctica lo aprendido.



Fuiste uno de los principales responsable de que las Lanzaderas de Empleo echasen a andar aquí, en Asturias, ¿cierto? Sí, así es. En el 2015 empezamos y, si no me falla la memoria, los primeros contactos tuvieron lugar en el 2014, que fue cuando yo conocí el programa. 



¿Cuál fue tu fuente de inspiración para dar esos primeros pasos? A decir verdad fue una casualidad. Tuve conocimiento a través de otra persona de que existía este programa, y me fui informando poco a poco, hasta que, por una serie de razones, entré en contacto directamente con la Fundación Santa María la Real. Ellos estaban lanzando el programa y, por alguna razón, vieron que podía ser un candidato especial. 



No debió ser un proceso sencillo… Superé un proceso y me cogieron pero, quizá, también fui un poco proactivo al hacerme ver, aplicando lo que os obligamos a hacer en las lanzaderas. También concurrieron otras muchas circunstancias: la buena suerte, el momento adecuado, que mi perfil formativo y profesional era bastante similar a lo que estaban buscando... Nos conocimos y nos gustamos. 



Tras cuatro años de andadura, con una media de inserciones del 70%, ¿cuál es tu balance global de esta iniciativa en el Principado? Retomando esos datos, es seguro que se trata de un programa de éxito, eficaz y que obtiene resultados reales. Y, a nivel personal, probablemente sea el mejor trabajo que he tenido y, seguramente, que vaya a tener. Es una forma de vivir fantástica, sobre todo por la enorme satisfacción que supone que alguien te llame un buen día, alguien de quien, a lo mejor, decías «Este no va a ser fácil», y te anuncia «Javi, que lo conseguí». 



¿Ha habido, y hay, muchas de esas personas? Hay de todo, claro. Ten en cuenta que yo he hecho cinco lanzaderas, y calculo que he trabajado sobre una media de 125 o 130 personas… En general, bien o muy bien, y difícilmente he encontrado situaciones malas o muy malas. Casi con cuentagotas. 



¿Te refieres a problemas con participantes? No exclusivamente. También entre nosotros, los coordinadores; sobre todo, en las primeras fases. Al inicio tuvimos nuestros problemas hasta que nos adaptamos, conocimos bien el programa y superamos algunas diferencias. Pasamos malos momentos provocados por nosotros mismos, por ese desconocimiento y por otro montón de razones.





Ampliando un poco más el foco, ¿cuál es tu valoración de la situación del mercado laboral, ahora que parece que la crisis, poco a poco, va quedando atrás? Esto es relativo. Si lo comparamos con hace seis o siete años, es evidente que la cosa está mejorando. Lanzadera a lanzadera, el mercado ha ido avanzando. En concreto, en el ámbito de las lanzaderas de Asturias, también ha influido este expertise que se ha ido acumulando con los años. Cada vez hay más experiencia, somos más conocidos, etc. 



¿Y qué opinas  del futuro? ¿Qué crees que, como participantes, podemos esperar? Soy un optimista nato. Pienso que siempre vamos a mejor aunque, a veces, cuesta creerlo. Sí opino que la cosa mejora, y mejorará más, pero depende, sobre todo, de que nosotros lo interioricemos. El que intenta crear su propio futuro siempre va a tener su propia oportunidad, más que esperar que el futuro cambie, que también puede cambiar, y espero que lo haga por sí mismo, pero también intentemos cambiarlo nosotros desde el minuto cero.



¿Algún consejo para nosotros y para los futuros integrantes de este proyecto? Que no tengáis miedo. Construid vuestro propio futuro, no aguardéis a que ocurran cosas. Que también; si luego las circunstancias, como la economía, explotan, eclosionan y son maravillosas, bendito sea Dios, pero no esperéis. Abogad por ello creando vuestro propio futuro a través de vosotros mismos. Sed proactivos… ¡Y a por todas!