Escribimos nuestra propia historia

 

¿Conocen el comienzo de nuestra historia? Es momento de volver al pasado para traer al presente todo lo vivido. Los primeros días tendieron a ser extraños en el sentido de que no sabíamos, exactamente, cuál era el concepto del programa; qué íbamos a hacer y si iba a merecer la pena. No obstante, a pesar de la inseguridad que sentíamos y del desconcierto general, existía el valor y la ilusión que, con el tiempo, forjaron unas relaciones infranqueables. Es así como pudimos redactar lo que imaginábamos que iba a ser nuestro recorrido en el programa: “Iniciamos el viaje como desconocidos, siguiendo la senda inspirada por nuestro ilustre mentor. No tenemos miedo. Nuestro coraje va creciendo a cada paso; la ilusión se mantiene intacta, y si alguien desiste, no falta quien le tienda una mano. Llegaremos al final del camino juntos”.

 

Entre dinámicas grupales e individuales, actividades y proyectos que estaban comenzando a funcionar, logramos ver lo que antes no percibíamos. José Moreno, nuestro ilustre mentor, tal como describimos en la presentación redactada, nos hizo vislumbrar el camino que, aun cuando no lo sabíamos, deseábamos seguir. Pudimos conocernos mejor, clarificar nuestros objetivos profesionales, reforzar nuestros puntos de mejora, descubrir herramientas nuevas, mejorar nuestras competencias... 

 

Se asimilaron los valores de cada uno de nosotros, haciéndonos mejores personas y mejores profesionales. Nuestras propias esencias se fueron plasmando en las paredes de nuestro lugar de trabajo. Melissa y Marta le dieron vida gracias a las niñas interiores que llevan por dentro; también lo hizo Mª Ángeles con su alegría y sus frases motivadoras. Joshua, por su parte, le dio voz y, junto a Jose, crearon la melodía escuchada durante todos los días. Fueron muchos los talleres de los cuales pudimos disfrutar: Javier, Paula, Nelya… nos transmitieron sus conocimientos a través de fascinantes talleres. Juan, además de ser el gran pilar que nos sostuvo, nos descubrió los misterios de LinkedIn. ¿Y qué  habríamos hecho sin la luz de Rosa? Su sonrisa es recordada por todos nosotros, al igual que la calma, dulzura y mágicas palabras escritas por Diana que siempre nos emocionan. Yendo más allá, el arte de Gemma exteriorizó nuestra Lanzadera; vio en todos nosotros lo que nos define y diferencia, dejando sobre el papel nuestras vivas expresiones. Pudimos apreciar la gran sensatez y responsabilidad de Iñaki, la profesionalidad de Claudia, la experiencia y serenidad de Ana, la preciosa lírica de VicentAngie nos transmitió la calidez de su corazón y Edna, aunque la nombramos en último lugar, fue quien acabó uniéndonos del todo.   

 

A las pocas semanas, se mostraron los primeros resultados; se fueron algunos de nosotros por inserción laboral. Pero los demás seguimos nuestro propio camino en el programa. Tuvimos la oportunidad de conocer a más gente maravillosa y comprometida, los Lanzaderos de Valencia y Ontinyent a quiénes siempre agradeceremos su hospitalidad y simpatía. Compartimos experiencias, vivimos momentos anecdóticos y mágicos; momentos que no podrían describirse en tan sólo una entrada.

 

Los meses fueron pasando y, poco a poco, fuimos quedando menos. Se trató de una sensación agridulce; por una parte, sentimos una inmensa alegría y, por otra parte, una profunda tristeza debido al vacío que quedó en nosotros. Sin embargo, el contacto, las ganas de colaborar y los ánimos no faltó por parte de nadie. Más adelante, nuestro lugar de trabajo se vacío casi del todo. Las dudas e inquietudes surgieron entre los pocos que quedamos. Pero no nos venció el miedo. Seguimos creciendo, esforzándonos por acercarnos a nuestros sueños, con perseverancia y el apoyo que jamás faltó. 

 

Nos damos cuenta, ahora que estamos narrando nuestra historia, de qué manera nos cambió la vida. Gracias a todo lo experimentado, reconocemos el lugar hacia dónde queremos llegar, y, además, sabemos cómo podemos ayudar a quienes estén pasando por una situación como la que vivimos nosotros, hace cinco meses. Nos quedamos con todo lo vivido y la bonita amistad que se originó entre nosotros. Son cuatro paredes cargadas de recuerdos, emociones, esperanza, compañerismo, compromiso, superación, iniciativa, valor, positivismo, pertenencia…; paredes que fueron testigos de nuestros pasos.

 

Si tuviéramos que volver a escribir una nueva biografía, ésta sería la siguiente: “Empezamos como desconocidos. Seguimos las pautas y consejos que nos da nuestro coach. Crecemos y mejoramos a cada paso dado, siempre con ilusión, y en los momentos de flaqueza hacemos fuerza. Seguiremos recorriendo juntos el camino encontrado porque éste no termina con el fin del programa”. Descubrimos que, a pesar del cierre de esta quinta edición de la Lanzadera de Gandía, nuestras historias, las de cada uno, no acaban en este punto. Es el momento de que futuros participantes continúen la Lanzadera desde donde la dejamos y escriban un nuevo capítulo.

 

Por último, decir que somos muy afortunados por haber tenido la oportunidad de formar parte de este gran proyecto y haber vivido esta experiencia única. Agradecemos de corazón a la Fundación Santa María la Real, la Fundación Telefónica, el Ajuntament de Gandia, el Fondo Social Europeo y, en especial, a José Moreno, nuestro coach, por creer en nosotros y unir nuestras vidas de este modo tan especial.

 

Gracias por haber seguido nuestras vivencias de cerca y esta historia continúa...