El currículum vitae no deja de ser una forma de presentarse a la hora de encontrar empleo. Es por eso, que necesitamos que la persona que está al otro lado leyéndolo se quede con nuestra candidatura... o mejor aún, ¡que se enamore de nosotras y nosotros!
Es un documento que debe reunir todos nuestros datos personales y de formación así como nuestra trayectoria vital y profesional. Debe ser claro y sencillo pero también original si queremos que destaque entre todas las personas que se postulan. Debemos pensar que habrá muchas personas candidatas que también crean que son la mejor opción para la empresa.
Para conseguir esto, hemos realizado en nuestra aula una actividad enfocada a darle un lavado de cara, y lo hemos hecho trabajando en equipo. Cada currículum ha ido rotando y pasando por las manos de las y los integrantes del equipo. De esta forma, hemos podido indicar qué errores observábamos en cada uno de ellos. Todas estas sugerencias han servido después para que cada persona miembro de la Lanzadera vea en qué puntos cojea más.
La ventaja de esta actividad es visibilizar qué errores estamos cometiendo sin darnos cuenta en la elaboración de este documento.
Otro punto importante que en ocasiones pasa desapercibido, es la originalidad en el formato. En nuestro equipo hemos visto desde los que siguen un estilo sencillo y homogéneo hasta los que explotan esa vertiente más original.
Tanto en grupo como de forma individual, hemos trabajado en darle ese punto novedoso. Nos hemos ayudado de diferentes programas, como el Canva, y de distintas plantillas personalizables que se pueden encontrar fácilmente en internet.
Todo esto en pos de poder crear un currículum que nos defina pero que a la vez podamos adaptar a los distintos puestos a los que vamos a aspirar. De esta forma desechamos la creencia de un currículum único para todos los procesos de selección.