¿Qué es la vida? Decía Calderón de la Barca que era una ilusión, una sombra, una ficción. Es decir, una ilusión que se torna en realidad gracias al carácter de su gente. Una sombra que la luz del sol se encarga de disipar al desplegar su embrujo en el Malecón, ese lugar que se funde con las caprichosas aguas del embravecido Atlántico. E incluso una ficción, una historia tan verdadera como la misma esencia del Carnaval, aquella que le otorga su forma de ser tan alegre y especial. Pilar tiene ilusiones y ficciones. Entre ellas, la de “que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”. Bienvenidos a su mundo onírico: bienvenidos a Cádiz.

 

Se puede conocer perfectamente a Pilar si aplicamos una regla de tres matemática. Tan real como la vida. Si “Fiesta” de Hemingway es Pamplona; vida en todos sus sentidos corresponde a Cádiz. Por tanto, Cádiz es igual a Pilar al ser vida en sí misma. 

 

Después de haber saboreado esta ciudad durante tanto tiempo, muchas veces entre excavaciones que le han revelado sus secretos más desconocidos, la experiencia de Pilar le ha demostrado que ambas se han labrado en cada piedra. Se han hecho a sí mismas a través del curso de la vida. Tras bucear en sus cimientos, existen cinco lugares emblemáticos que son los verdaderos pilares, el motor que mueve a Pilar, una persona que lleva la arqueología en sus venas.