Los protagonistas nos cuentan…

Laura Tena Rivas y Ángel D. Sancho Jáimez, integrantes de la Lanzadera de Empleo de Sevilla, relatan en este artículo cómo ha sido su experiencia en el programa. 

 

La Lanzadera de Empleo de Sevilla comenzó a mediados del mes de junio tras  recibir más de 800 solicitudes. Nosotros tuvimos la suerte de ser seleccionados y, a día de hoy, podemos decir que es una de las mejores experiencias que hemos vivido.

 

Pensábamos que la lanzadera consistía sólo en elaborar un currículum, buscar ofertas de empleo o preparar entrevistas de trabajo; pero después de estos cinco meses podemos decir que la cosa no se queda ahí, sino que va mucho más allá.

 

Comenzamos un equipo de veinte personas de diferentes edades, entre los 27 y los 47 años, procedentes de diferentes sectores, como arquitectura, comunicación, diseño gráfico, informática o medio ambiente, entre otros.

 

A medida que pasaban los días,  nos dimos cuenta de que habíamos sido seleccionados y formábamos parte de la lanzadera porque somos personas  con espíritu dinámico, comprometido y solidario, dispuestas a entrenar una nueva manera de buscar empleo y hacerlo, no individualmente, sino con la ayuda y el apoyo del resto de compañeros/as, de manera proactiva, visible e ilusionante. 

 

Aquí hemos aprendido, sobre todo, lo que es el trabajo en equipo. 

 

Todo el mundo cree que sabe hacerlo, pero nos hemos dado cuenta de que no, porque hoy en día, y más en el ámbito laboral, se da la individualidad, el estar por encima del de al lado y aquí no es así, aquí nos alimentamos de la cultura colaborativa, el "uno para todos y todos para uno" , el "si tu ganas, yo gano", para la mejora de la empleabilidad.

 

Compartiendo conocimientos, recursos o experiencias, crecemos personal y profesionalmente. Por eso aquí, por ejemplo, hemos realizado talleres que nosotros mismos impartimos al resto de compañeros/as (LinkedIn, redes sociales, habilidades docentes...) y tenemos diferentes proyectos (comunicación, intermediación, empleabilidad, etc.), desde donde hemos trabajado todos para todos.

 

 

Es curioso cómo podemos llegar a proyectar tantas sensaciones en otra persona sin apenas conocerla, cómo con pocas palabras, ya te haces una primera impresión. 

 

Un ejemplo de ello fue una de las dinámicas llevada a cabo en un teatro, en la que cada persona presentó tres objetos que tuvieran especial relevancia en su vida. Al terminar, el resto de asistentes entregaba un papelito con la impresión que les habías causado (fortalezas, cualidades, destrezas, competencias).

 

Fue como una montaña rusa de emociones y sensaciones. En un primer momento estábamos tranquilos, pero al subir al escenario, nos sentimos expuestos y la tranquilidad se tornó en nerviosismo. Sin embargo, fue una buena manera de trabajar algunas de las claves de la lanzadera, el autoconocimiento y la confianza en uno mismo, pues es distinta la percepción entre lo que sentimos y lo que los demás ven de nosotros, además de reforzar habilidades como la empatía y la escucha activa.

 

Todo este proceso, que tiene cinco meses de duración es, por tanto, un aprendizaje completo que nos ha formando en muy diversos ámbitos, desde la gestión del tiempo, la inteligencia emocional, la creación del DAFO, un nuevo currículum o nuevas técnicas tan patentes e innovadoras hoy en día como el Elevator Pitch o el Coaching Personal.



Nosotros dos, formados en el ámbito de Comunicación, en audiovisual y periodismo, además de diseño gráfico, marketing digital o fotografía, tuvimos claro desde un primer momento que  podíamos enfocar nuestra participación en esta línea. Por eso, no dudamos en crear el proyecto de comunicación desde donde hemos gestionado las redes sociales de nuestra lanzadera como Facebook, YouTube, Twitter o LinkedIn.

 

Una de nuestras metas es precisamente dedicarnos a la comunicación. Por eso, gracias al empuje que nos está dando la lanzadera nos hemos propuesto no desistir en este sueño y no vamos a cesar en la búsqueda, ya sea en medios, gabinetes de prensa o departamentos de comunicación, porque con todo lo que hemos aprendido (valores, habilidades, fortalezas), sabemos que, tarde o temprano, lo podemos conseguir.

 

Quizás hasta ahora no hemos tenido tanta suerte, pero hemos visto cómo algunos de nuestros compañeros y compañeras llegaban a alcanzar esa meta de un nuevo empleo, una nueva oportunidad laboral, de lo que también nos sentimos orgullosos. 

 

Y es que, no sólo este espacio nos ha dado la oportunidad de crecer profesionalmente sino también personalmente, ya que estamos dispuestos a darlo todo por los demás, de colaborar unos con otros.

 

La lanzadera es un antes y un después en nuestras vidas, como nos dijo nuestra técnica el primer día. De eso no tenemos duda. 



La Lanzadera de Empleo de Sevilla ha sido impulsada por Fundación Santa María la Real, Fundación Telefónica, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad, con la cofinanciación del Fondo Social Europeo, dentro del programa operativo POISES.