Aprendiendo a gestionar nuestras emociones

 

Intentar definir el concepto de emoción es complicado, casi todo el mundo piensa que sabe lo que es una emoción hasta que intenta definirla.  Las emociones en sí son procesos fisiológicos y de comportamiento, propiamente innatos, pero a pesar de esto, algunas pueden ser adquiridas por medio de la observación de las personas de nuestro entorno.

Hay seis emociones básicas que son muy importantes, y que todos deberíamos saber identificar, porque dirigen la mayoría de nuestros actos: tristeza, alegría, miedo, ira, asco, sorpresa.  A partir de éstas se derivan todas las demás.

Hoy mediante el divertido juego de las sillas, hicimos una dinámica para aprender a reconocer y expresar emociones (conciencia emocional).  El juego consistía en que la persona que se quedaba sin silla, cogía de un sobre un papelito al azar, el cual tiene escrita una emoción.  Dicha persona primero, debía reconocer la emoción elegida y, luego, debía representarla para que el resto de los compañeros la identificara.  De esta manera, conseguimos tener una toma de conciencia de las propias emociones, dar nombre a las emociones y comprender las emociones de los demás.

¿Y, para qué sirven las emociones?

Adaptación al medio.  Cada emoción tiene su propia utilidad como, por ejemplo, el miedo tiene la función de protegernos frente una amenaza o peligro, y el asco funciona como rechazo a sustancias en mal estado.

Potencian y dirigen la conducta.  Originan nuestros sentimientos y pensamientos, de lo cual dependen nuestras decisiones y nuestras acciones (motivación, eficacia, etc.)

Función comunicativa.  Obtenemos información y conciencia sobre nosotros mismos, y también sobre las personas con las que interactuamos y sus conductas.

A partir de ahí hablamos sobre las competencias emocionales, que son las capacidades que tiene una persona para expresar sus propias emociones con total libertad.  Se deriva de la inteligencia emocional, que es la capacidad para identificar y regular las emociones. 

La inteligencia emocional se convierte entonces en un factor fundamental, cuando habilidades como la gestión emocional y la empatía son más decisivas que los aspectos puramente racionales, ya que en los momentos en los que nos vemos arrastrados por las emociones, nuestra inteligencia se ve francamente desbordada.

Identificar el origen de nuestras emociones, por lo tanto, es una herramienta increíble para poder gestionarlas y para poder resolver los problemas que aparecen cada día.

¿Qué sientes ahora mismo después de leer todo esto?